No es que se trate de una armonía especialmente deleitable más allá de la curiosidad, pero tampoco deleitable es sentirnos sordos, o mas bien, no sentir… susto que nos lleva a cuestionarnos un racional ¿por que?
¿POR QUÉ? ¿ME ESTOY QUEDANDO SORDO?
Pues la respuesta es muy sencilla, somos humanos y si bien nuestro mundo es el que contemplamos, estamos limitados por nuestros sentidos, se nos escapan muchos estímulos que para nosotros no existen, pero están. Con el sentido del oído nuestros límites mas o menos se encuentran entre los 20 Hz para las bajas frecuencias, debajo de las cuales no escuchamos a pesar de que estemos frente a una orquesta de infrasonidos y de forma similar ocurre con las frecuencias superiores a los 20.000 Hz o ultrasonidos más allá de las cuales el agitado vibrar de los sonidos del universo se nos escapa.
CUIDA TUS PRECIADOS OÍDOS
Lamentablemente con la edad este contemplar no aumenta y de hecho uno de los rasgos característicos de la vejez es la pérdida de audición donde el rango de frecuencias audible se estrecha y empieza a segar las altas frecuencias. Si quieres seguir gozando del sonido por mas tiempo puedes tratar de mantener una higiene auditiva que de forma resumida sería reducir o protegerte de la prolongada exposición a ciertos tipos de frecuencias y golpes sonoros intensos así como cuidarse de infecciones.
¿Y los perros tienen supersentidos?
Relativamente, tienen algunos sentidos mas agudizados que los humanos así como otros algo mas deficientes. En el caso de la audición presentan un rango de frecuencias audible algo mas desplazado hacia las altas frecuencias.
CONCLUSIÓN
Y sí, tu perrito te escucha tus mayores secretos aunque los ocultes con altas frecuencias… ojalá sus ladriditos también los emitieran en ultrasonidos…
Si quieres escuchar el silbato de tu perro no escuches el ladrido de tu perro