El experimento que pondrá a prueba el sistema de propulsión espacial del futuro ha llegado a su fase más importante, el despliegue de su enorme vela solar
Desde que fue lanzado un no tan lejano 25 de junio del 2019, muchos quedaron fascinados con el proyecto y esperando esta segunda parte. El 7 de julio nos llegaban las primeras fotos y ahora al fin llegamos a la que probablemente sea la parte mas importante. Se trata del despliegue de la vela solar que hace honor a su nombre, su firma, su marca personal… su identidad.
Algunos datos
Lanzado a bordo de un cohete Falcon Heavy X y promovido por la organización sin ánimo de lucro Planetary Society. A las 18:47 GMT de este 23 de julio de 2019 el satélite fotónico experimentaba su última gran metamorfosis al desplegar sus velas solares con éxito. Estas velas de un tamaño de 32 metros cuadrados comparables a la mitad del tamaño de un helipuerto de azotea tendrían desde ese momento la misión de dejarse propulsar por los fotones como un fotógrafo motivado. Con ese impulso alcanzaría su órbita idónea y una vez en ella tendría la misión de demostrar empíricamente a la comunidad científica que se trata de una alternativa a los sistemas de propulsión tradicionales.

Derivados
Con este macro proyecto Planetary Society se está erguiendo con fuerza hacía el objetivo para la que fue fundada, la exploración espacial. Una organización cuya génesis surge de la pasión de tres grandes amantes del conocimiento como lo fueron Carl Sagan, Bruce Murray y Louis Friedman.
No pudimos hacer seguimiento de los avances producidos en este vanguardista proyecto desde que conocimos el proyecto Lightsail 2 pero si haremos seguimiento de él en las próximas fases.
Una punto fotónico y seguido
Desde que empezara a redactar esta intrigante noticia las circunstancias me han llevado a interrumpir el proceso de redacción drásticamente. Durante ese período he podido recaudar mas noticias y datos para nutrir aún mas la noticia.
La sonda espacial está siendo dirigida sumisa a una serie de algoritmos que optimizan su captación de energía solar. Se trata de unos algoritmos que se encuentran integrados en la misma y que controlan la orientación de la sonda de forma que sea cuál sea la ubicación espacial en la que se encuentre el algoritmo tratará de hacer que la mayor parte de la energía del Sol logre incidir sobre las velas y propulsar este «cachibache futurista» un máximo.
Vale, vale pero… ¿Cómo funciona?

Aunque existen sistemas en proyecto de propulsión solar mucho mas complejos al de Lightsail 2, en esencia todos comparten la misma idea. Básicamente una vela solar con actitud impulsivamente reflectante recibe el flujo fotónico y este al ser reflejado transmite parte de su momento. Una situación que bien nos recuerda a su análogo terrestre, la vela de los barcos. Sólo que hay dos puntos claves, el primero es que es viento y no luz y el segundo es que en el espacio ese momento se conserva. En el espacio no hay casi nada que pueda frenar a la nave. Y éste último punto es el mas interesante. Pues de el derivan teóricamente varios asombrosos resultados. Pasa que cuándo el momento se mantiene la nave no sólo conserva su momento sino que gracias a la propulsión fotónica la aceleración no cesa. Eso sí, el problema es que cuando la luz se atenúa la aceleración desaparece. Pero aún así, la teoría dice, y la práctica pronto también confirmará que a largo plazo esta propulsión proporciona velocidades muy superiores a las que los propulsores químicos son capaces de dar…
Ahora será el tiempo quién diga el resto y nosotros arrojaremos luz sobre los resultados, y nunca mejor dicho, aunque nosotros seremos el Sol que impulse vuestras ideas con esa luz, aunque sea un poquito…
Por mucho mas espacio-tiempo compartido con vosotros, un placer y saludos de CAOXMOS.com